Si bien existen tratamientos que te permiten vivir una vida plena tras el diagnóstico de EM, es importante que adoptes hábitos de vida saludables para que tu calidad de vida se mantenga:
El tabaco y el alcohol son especialmente nocivos en la EM; el alcohol, por ejemplo, altera el metabolismo de las grasas e intensifica la inflamación en el sistema nervioso central, causando complicaciones en pacientes crónicos. Minimizar el consumo de alcohol y abstenerse del tabaco mejorarán tu salud significativamente.9
Además, se ha demostrado que el hábito de fumar resulta en un mayor riesgo de desarrollar EM en personas que ya están en riesgo por historia familiar. Así que, si eres fumador y te han diagnosticado esta enfermedad, no solo es recomendable que dejes el hábito, sino que informes a tus familiares sobre el riesgo que el fumar conlleva para ellos.10
Buena parte del éxito en el manejo de una condición crónica como la EM depende de una adecuada ingesta de nutrientes; ajustar tu dieta para garantizar tu calidad de vida es fácil, pues tus necesidades nutricionales no son muy diferentes de aquellas de cualquier otra persona.2 Al planificar tu dieta, hay que considerar algunos aspectos importantes:2-4
La EM puede causar niveles bajos de compuestos esenciales como la vitamina D, la cual es además generalmente escasa en la dieta.2 Consumir los nutrientes en proporciones adecuadas reduce el riesgo de complicaciones, y mantiene tu estado de salud general.
La inflamación en el SNC es un efecto característico de la EM; se ha observado que los ácidos grasos Omega-3 ayudan a mitigar el proceso inflamatorio.2 Incluye en tu dieta alimentos ricos en estos ácidos, como sardinas, atún, salmón, aceite de hígado de bacalao, y aceite de canola.2,3
Cada ser humano es un ecosistema en el que habitan billones de bacterias y otros microorganismos que ayudan en el proceso digestivo. Se ha descubierto que el bienestar de este ecosistema influye en la salud de las personas con enfermedades inflamatorias crónicas como la EM.4
Aunque ninguna dieta en particular parece afectar directamente a la evolución de la EM, algunos hábitos alimenticios pueden mejorar notablemente tu calidad de vida; antes de entrar en detalles, ten presente estas 2 consideraciones:5
Por décadas se ha propuesto una dieta rica en frutas y verduras, y con bajo contenido de grasas de origen animal (con excepción de la grasa del pescado), como una opción para mantener la salud de las personas con EM. Los efectos de esta dieta son, como se ha demostrado recientemente:5
Reducción del peso corporal, y de los niveles de colesterol e insulina.
Para reducir el consumo de grasas saturadas, come menos carne de res, cerdo, y piel de pollo; sustitúyelas por grasas de origen vegetal, como el aceite de girasol, de canola, y de oliva.1,5
Continúa leyendo para saber cómo sacar el máximo provecho de las verduras en tu dieta.
Algunas recomendaciones para mantener una dieta saludable son ya de conocimiento popular; sin embargo, en la práctica no resultan tan fáciles de adoptar para todos, pues los estilos de vida y los hábitos alimenticios modernos no siempre coinciden con las necesidades nutricionales del ser humano.
La cocción de las frutas y verduras, entre otros factores, puede reducir su valor nutricional. Con esto en mente, las siguientes recomendaciones te pueden ayudar a sacar el máximo provecho de tus comidas:6
No todos los casos de EM son idénticos: antes de seguir cualquier consejo nutricional, recuerda consultar con el profesional de la salud para determinar si tu caso requiere de ajustes particulares.
Adoptar una dieta basada en vegetales puede parecer complicado o insuficiente; esto se debe a nuestra dieta moderna, que se enfoca demasiado en las fuentes animales. En realidad, los vegetales son más nutritivos, y su preparación es más rápida, práctica, y económica que las carnes y los lácteos. La receta a continuación es solo un ejemplo de la gran variedad de opciones a tu disposición.7
Precalienta el horno a 170°C; toma una bandeja refractaria para hornear y engrásala con aceite de oliva; coloca todos los vegetales en capas en la bandeja y báñalos con el aceite de oliva restante; espolvorea el condimento de tu elección (romero u orégano) sobre los vegetales y llévalos al horno. Permite que se horneen por máximo 1 hora.
El aceite de oliva es una fuente de ácidos grasos saludables, y uno de los complementos ideales para una dieta basada en vegetales.
La deficiencia de vitamina D es uno de los principales factores asociados a la EM; si bien esta vitamina no es muy abundante en la dieta, el cuerpo humano tiene una herramienta secreta: como las plantas, también produce nutrientes con ayuda de la luz solar.1,2
Las células de la piel aprovechan la radiación del sol para transformar algunos tipos de colesterol en vitamina D;9 ¡la excusa perfecta para divertirte al aire libre! Exponer tu piel al sol por algunos minutos cada día le permite producir la vitamina D que tu cuerpo requiere; recuerda evitar la exposición excesiva: Entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde, la radiación del sol es más intensa y puede ser nociva; trata de aprovechar el sol antes de las 10 a. m. y después de las 4 p. m.; si sales durante el horario de radiación más intensa, protégete con gafas de sol, sombreros, y bloqueador solar.8
Referencias: