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Si tienes una dieta balanceada y adaptada a tu rutina diaria, mejorarás considerablemente tu salud. Puedes empezar evitando las frituras y prefiriendo (en la medida de lo posible) los alimentos al vapor frente a los alimentos grasosos. También tu cuerpo te agradecerá si incluyes legumbres, frutas y verduras a tu dieta.
Y si las frutas que consumes son de colores variados… ¡Mucho mejor! De acuerdo con una investigación realizada por la doctora Deanna Minich (mundialmente reconocida por estudiar el impacto de los colores en la salud), los colores de los alimentos se expresan gracias a los fitonutrientes, unos compuestos biológicos con gran acción antioxidante que aportan muchos beneficios para tu salud. Además, hallazgos de la doctora Minich también afirman que ver frutas multicolor también tiene efectos psicológicos: “asociar cada uno de los colores con resultados positivos para la salud puede ayudar a las personas a relacionarse con las propiedades saludables de las frutas y verduras” (Minich, 2019).
Verás una gran diferencia si para cada comida haces algo tan sencillo como sentarte a la mesa y comer despacio; si masticas a conciencia cada bocado triturarás mucho más los alimentos y la digestión mejorará. Además, tu cerebro tendrá todo el tiempo que necesita para captar las señales de saciedad, lo que a largo plazo hará que aprendas a sentirte satisfecho con porciones de comida cada vez más adecuadas. Si quieres conocer más sobre los efectos cerebrales de comer despacio, haz clic aquí.
Tomar agua varias veces al día es quizá uno de los hábitos saludables más efectivos, económicos y fáciles de hacer. Basta con siempre tener una botella o un termo cerca para llenarlo con agua.
Además de ayudarte a liberar toxinas a través de la orina, tomar mucha agua al día te ayudará a mejorar el funcionamiento de tu organismo y a prevenir la formación de cálculos renales, la acidez estomacal, el estreñimiento, entre otras afecciones.
Cuando duermes parece que no haces nada, pero no te imaginas el gran efecto que tiene el buen dormir en tu salud: el sueño es un proceso biológico complejo que te ayuda a procesar nueva información y mantenerte sano.
Una buena noche de sueño puede aportar los siguientes beneficios:
- Conseguir que tu cuerpo esté descansado y con energía para el día siguiente.
- Darles un descanso al corazón y al sistema vascular.
- Liberar en mayor cantidad la hormona del crecimiento (algo muy importante para los niños).
- Aumentar la masa muscular y la reparación de células y tejidos, tanto en niños como en adultos.
- Liberar hormonas sexuales que contribuyen a la pubertad y a la fertilidad.
- Fortalecer el sistema inmunológico, esto te ayudará a combatir varias infecciones.
A veces el trabajo nos puede consumir toda la jornada, pero si encuentras un par de minutos (donde sea) para estirar tu cuerpo… ¡Seguro sentirás la diferencia! Incluso, se vale si simplemente caminas un rato, vas por un café o te levantas un momento a mirar por la ventana. Esto evitará que te canses fácilmente.
Sabemos que es un reto, pero la ciencia ha determinado que “los baños fríos tienen múltiples efectos beneficiosos para la salud, como la mejora del sistema inmunológico, la circulación cardiovascular y la vitalidad” (Buijze et al., 2016).
Recuerda que estos hábitos saludables puedes aplicarlos de la forma, y en la frecuencia, con la que te sientas más cómodo. Son una manera sencilla (y poco costosa) de cuidar de ti mismo y crear poco a poco un estilo de vida saludable. Además, son un punto de partida que puedes complementar con las visitas regulares que le hagas a tu médico.
Sigue navegando por nuestro blog para conocer más información sobre cómo hacerle frente a diferentes patologías a través de hábitos saludables que cuidan tu bienestar y el de tu familia.
