6 consejos para cuidadores

¿Hace poco asumiste el rol de cuidador? Primero, queremos felicitarte: tal vez no existe muestra de amor desinteresado más grande que dedicar nuestro tiempo y energía al cuidado de la salud y bienestar de alguien más.

Más aún si estamos hablando de velar por la calidad de vida de alguno de nuestros familiares; de acuerdo con datos del Banco Interamericano de Desarrollo, las dos terceras partes de los cuidadores son familiares (Caruso et al., 2017).

Pero por mucho que nos mueva el amor sincero o la vocación de servicio, siempre será todo un reto asumir el rol de cuidador. Por eso te compartimos 6 consejos que te ayudarán a hacer más llevadera esta labor, mientras acompañas a ese ser querido en el camino de adaptación a su condición.

6 Consejos para cuidar la salud y bienestar de un familiar

1. Todo empieza construyendo una buena relación de confianza

Comunicación, respeto y empatía son las 3 cosas que necesitas para construir confianza con la persona que estás cuidando. Hazlo sentir cómodo y no le digas qué debe hacer: es mejor si le preguntas qué podrías hacer para hacerlo sentir mejor (Asociación Española Contra el Cáncer, 2014).

Piensa en opciones que pueda disfrutar como escuchar la música que le gusta o dedicarle la tarde a un buen juego de mesa. Esto terminará creando un vínculo entre ustedes porque le harás sentir que valoras sus gustos y preferencias.

2. Organiza tu día a día

En esta labor de cuidado, una de las mayores preocupaciones es que el tiempo alcance: visitas de control al especialista, exámenes, ir a reclamar los medicamentos… En fin, las 24 horas del día siempre se agotan muy rápido para los cuidadores (Asociación Española Contra el Cáncer, 2014).

¿Cómo te puedes organizar para no llenarte de ansiedad y preocupación que, al final, terminarás transmitiendo a esa persona que estás cuidando?

Haz un listado de tareas, organizadas según su prioridad y agrupadas en las que puedes realizar y aquellas que podrías delegar. Así no se te irá el día entero en diligencias y podrás tener tiempo de calidad con esa persona que está a tu cuidado.

3. A veces no podrás con todo… ¡Pide y acepta ayuda!

Que te den una mano no es una muestra de debilidad o que tal vez te está quedando grande la responsabilidad de cuidar de alguien más (Arévalo-Flechas, s.f.). Por el contrario, significa que reconoces tus límites y que sabes compartir responsabilidades.

Haz una lista con las actividades que crees que no lograrás hacer y no dudes en pedirle ayuda al resto de integrantes de la familia. En los grupos de apoyo también te pueden ayudar con orientación sobre cómo motivar a tu ser querido a retomar sus proyecto

4. También debes cuidarte a ti mismo, así que establece límites

Es posible que la persona que estás cuidando exija más ayuda de la que en verdad necesita (Barbier et al, 2011). O también pasa que esa persona descargue en ti sentimientos que posiblemente no sepas bien cómo gestionar.

En estos casos es clave que establezcas una serie de reglas claras que de alguna forma protejan tu tranquilidad y salud mental. Por ejemplo, puedes rechazar enfáticamente los reproches desmedidos o cambiar rápidamente de tema cuando sientas que la conservación está tomando un tono negativo; siempre debes fomentar una actitud positiva e incentivar la autonomía de esa persona que está a tu cuidado.

mujer haciendo ejercicio plancha abdominal

5. Presta atención a tu propia salud y bienestar

Diversos estudios señalan que los cuidadores son propensos a experimentar problemas emocionales, sociales e incluso físicos (Herrera et al., 2012), una situación que se agrava por la falta de tiempo y energía para atender su propia salud y bienestar.

Normalmente esto pasa porque el cuidador siente que está siendo egoísta si invierte tiempo en sí mismo que podría, según su criterio, emplear en cuidar a la persona a su cargo (Roca Roger et al., 2000). Abandonar esta idea y asumir el autocuidado es esencial: cada cuidador debe tratar de encontrar el tiempo para agendar una cita médica o hacer una actividad que disfrute.

6. Evita conflictos

La rabia, la negación o la tristeza son sentimientos que surgen cuando estamos pasando por una enfermedad. Es normal. Así que es importante que los cuidadores permitan que la persona que están cuidando exteriorice y comparta estas sensaciones.

Lo peor que se puede hacer es reprimir estos sentimientos o emitir juicios al respecto, esto sólo traerá conflictos. Aquí lo mejor es hacerle saber a la persona que estás allí para apoyarla, sin cuestionar y expresándole tu comprensión.

Velar por el bienestar de otros es una labor que denota amor y empatía. Continúa cambiando vida de quienes amas sin dejar de prestar atención a tu propia salud y bienestar.

Referencias

1. Arévalo-Flechas L. ¿Por qué es importante pedir ayuda? [Internet]. Lugar desconocido: AARP; s.f. [acceso 29 de marzo de 2023]. Disponible en: https://www.aarp.org/espanol/recursos-para-el-cuidado/expertos/Lyda-Arevalo-Flechas/info-2014/como-pedir-ayuda-recursos-cuidadores.html#:~:text=Pedir%20y%20recibir%20ayuda%20nos,de%20cuidar%20a%20quienes%20amamos.
2. Asociación Española Contra el Cáncer. Cuidarte para cuidar: guía para cuidadores de enfermos de cáncer. 1.ª ed. Madrid: Asociación Española Contra el Cáncer; 2014.
3. Barbier Ibañez M, Moreno Barrio S, Sanz Urdiales S. Guía de autocuidado y cuidado para personas cuidadoras familiares de personas mayores en situación de dependencia. 1.ª ed. Muskiz: Servicios Sociales Integrados Grupo; 2011.
4. Caruso Bloeck M, Galiani S, Ibarrarán P. ¿Cuidados de larga duración en América Latina y el Caribe?: Consideraciones teóricas y de políticas. 1.ª ed. Lugar desconocido: Banco Interamericano de Desarrollo; 2017.
5. Herrera A, Flórez Torres I, Romero Massa E, Montalvo A. Soporte social a cuidadores familiares de personas con enfermedad crónica en Cartagena. Aquichan. 2012;12(3):286-297.
6. Roca Roger M, Úbeda Bonet I, Fuentelsaz Gallego C, López Pisa R, Pont Ribas A, García Viñets L et al. Impacto del hecho de cuidar en la salud de los cuidadores familiares. Aten Primaria. 2000;26(4):217-223.

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