¿Existen directrices para tratar la TPI?
La Sociedad Americana de Hematología (ASH) es otro grupo de expertos de referencia a nivel mundial al cual los médicos consultan para orientarse sobre cómo tratar la TPI. La ASH ha desarrollado un conjunto de guías para el tratamiento de la TPI fundamentadas en las evidencias más actuales. Es posible que tu médico revise estas guías antes de explorar contigo las alternativas de tratamiento.
Corticosteroides
Los corticosteroides, a menudo referidos simplemente como ‘esteroides’, son comúnmente la primera línea de tratamiento prescrita por un periodo de hasta 6 semanas tras el diagnóstico inicial de TPI.
Estos fármacos pueden ser eficaces para elevar la cifra de plaquetas en la sangre, es decir, el ‘conteo plaquetario’. No obstante, típicamente, solo una pequeña proporción de individuos —menos de 2 de cada 10— logra mantener niveles elevados de plaquetas sin necesidad de tratamiento continuo, lo que se conoce como ‘remisión’.
Es más, los corticosteroides no inducen remisión en la mayoría de los casos —hasta 8 de cada 10 personas pueden no responder de esta manera— y se asocian con una variedad de efectos secundarios, tales como incremento de peso, trastornos del sueño y del estado de ánimo, irritación gástrica, aumento de la glucosa sanguínea, impacto en la salud mental, hipertensión, úlceras, glaucoma, así como padecimientos musculares y óseos.
En atención a estas consideraciones, la ASH ha actualizado sus recomendaciones, limitando el uso de corticosteroides a periodos no mayores a 6 semanas.
Por otro lado, la inmunoglobulina intravenosa (IVIg) se presenta como una alternativa para incrementar de forma rápida el conteo de plaquetas en casos de TPI de reciente diagnóstico.
La administración de IVIg se realiza a través de una infusión intravenosa, proceso que exige que el paciente permanezca inmóvil durante cierto tiempo en un centro especializado, mientras recibe la medicación directamente en el torrente sanguíneo.
Existen varias razones por las cuales tú y tu médico podrían considerar cambiar de tratamiento:
Existen diversas alternativas de tratamiento que tú y tu médico podrían evaluar para seguir adelante.
TPO-Ras
Si optas por dejar los corticosteroides por los motivos ya señalados y buscas un tratamiento que mantenga estables tus niveles de plaquetas a largo plazo, las directrices de la ASH sugieren un tipo de fármaco conocido como TPO-RA (agonista del receptor de trombopoyetina, por sus siglas en inglés).
Los TPO-RAs tienen la capacidad de elevar la cantidad de plaquetas en el organismo, manteniéndolas en niveles óptimos durante periodos extensos, que podrían abarcar varios años, y contribuyen a la reducción del riesgo de sangrado.
Anticuerpos Monoclonales
Después de considerar los corticosteroides, otra opción de tratamiento que puedes discutir con tu médico es la utilización de anticuerpos monoclonales, administrados a través de una infusión. Este procedimiento consiste en la inyección del medicamento directamente en el torrente sanguíneo mediante una aguja y se lleva a cabo en un centro especializado.
Los anticuerpos monoclonales actúan suprimiendo ciertas funciones del sistema inmunológico, de manera parecida a los corticosteroides, lo que puede contribuir al aumento de tu conteo de plaquetas. Deberás recibir varias infusiones antes de detener el tratamiento para luego evaluar los resultados obtenidos.
La ASH aconseja la inclusión de un enfoque de decisiones compartidas en el proceso de selección del tratamiento. La elección de proceder con un TPO-RA o un anticuerpo monoclonal debe basarse en tus preferencias personales y objetivos de tratamiento, decisión que tomarás junto con tu médico.
Esplenectomía
La esplenectomía, un procedimiento quirúrgico para remover el bazo, puede ser una opción que discutas con tu médico.
El bazo desempeña un rol clave en la defensa del organismo contra las infecciones. En casos de la TPI, el sistema inmunológico erróneamente ataca a las plaquetas. La eliminación del bazo podría reducir la destrucción de plaquetas en el cuerpo. No obstante, se carecen de pruebas que confirmen la efectividad de la esplenectomía para tu situación específica. Es importante tener en cuenta que la extracción del bazo es irreversible. Antes de proceder a cualquier intervención quirúrgica, es crucial valorar detenidamente los riesgos y expresar cualquier inquietud a tu médico.
Siguiendo las pautas de la ASH, se aconseja esperar un año tras el diagnóstico inicial antes de considerar la esplenectomía.