¿Te sientes excesivamente cansado todo el tiempo sin razón aparente? Si tú respuesta es sí y fuiste diagnosticado con esclerosis múltiple, lo más probable es que tengas fatiga1-3.
¿Qué es la fatiga?
La fatiga puede ser descrita como una sensación de agotamiento físico o mental extremo que no corresponde con la intensidad de la actividad desarrollada1-3. Puede manifestarse en distintos momentos y circunstancias1. Por ello, no te sorprendas si aparece rápidamente al realizar una tarea especifica, aumenta poco a poco durante el día o simplemente surge de manera espontánea1.
Un 80 % de las personas con esclerosis múltiple desarrollan fatiga crónica a largo plazo, pero su causa puede estar relacionado con la enfermedad de forma directa o indirecta4.
Fatiga primaria:
Es causada por el daño que la enfermedad ocasiona directamente sobre el sistema nervioso central (SNC). Es decir, la desmielinización (daño a las conexiones entre las células nerviosas), pérdida axonal (pérdida de algunas partes de las células nerviosas) y dificultad para que los músculos reciban señales del cerebro que les permita activarse correctamente5.
Fatiga secundaria:
Es aquella que aparece como consecuencia de otras condiciones relacionadas con la esclerosis múltiple, como los problemas de movilidad, las alteraciones del sueño, los efectos secundarios de la medicación, entre otros5.
Fatiga motriz
Afecta los músculos, especialmente las piernas o brazos, que no reciben las señales nerviosas adecuadas por el daño ocasionado a la capa protectora de los nervios. Esto puede hacer que se cansen más rápido, produciendo una sensación de debilidad extrema que puede desaparecer tras descansar por un tiempo2.
Fatiga cognitiva:
Afecta procesos cognitivos como la memoria, la atención y la toma de decisiones, causando que pueda ser difícil pensar, concentrarse y recordar6.
Trastornos del sueño:
La dificultad para dormir de forma profunda o durante el tiempo suficiente puede impedir que te sientas “como nuevo” al despertar2. Esto puede ser causado por trastornos específicos que alteran la calidad del sueño, tales como el síndrome de piernas inquietas, la apnea obstructiva del sueño de causa central y el insomnio crónico1,7.
Interacción con medicamentos:
Algunos medicamentos pueden causar fatiga como efecto secundario. Asegúrate de que tu médico tenga una lista de todos los medicamentos que estás tomando.
Otras condiciones médicas:
Muchos problemas de salud aparte de la esclerosis múltiple pueden causar fatiga. Entre ellos: anemia, enfermedades del corazón, diabetes, hipertiroidismo (tiroides demasiado activa) e hipotiroidismo (tiroides poco activa). Incluso algo tan sencillo como una infección leve puede robarte energía.
Depresión y ansiedad:
Estos síntomas son comunes en la esclerosis múltiple. Si tus seres queridos o tú notan que tienes cambios de humor o pierdes el interés en ciertas actividades que antes solían ser tus preferidas, asegúrate de decírselo a tu profesional de la salud.
Clima:
El calor y la humedad contribuyen a la sensación de cansancio o fatiga en todas las personas, en especial para las viven con esclerosis múltiple.
¿Qué puedes hacer para tener más energía?
Adaptado de: Sociedad Nacional de Esclerosis Múltiple. Waltham: Sociedad Nacional de Esclerosis Múltiple; 2019.
